La Fundación Bancaja de Valencia acoge en su espacio una exposición comisariada por Belén Herrera Otino, pudiendo visitarse hasta el 5 de septiembre de 2021.
La exhibición se nutre de los fondos de la Galería Malborough y colecciones privadas para examinar la obra gráfica de dos artistas que mantuvieron estrecha relación: Francis Bacon y Lucia Freud, analizando tanto sus elementos en común -soledad, el tránsito del tiempo o emociones como el desasosiego o la enajenación; es decir, los impulsos más irracionales del ser humano- como sus singularidades en la producción de arte.
La obra gráfica de Francis Bacon tiene su origen en una selección de 36 pinturas que cuyo marco cronológico abarca desde 1965 a 1991, siendo su elaboración estrictamente supervisadas y atendiendo a los mejores criterios y técnicas de calidad. Todas ellas presentan referencias a la figura del hombre desde distintas perspectivas -iconografía, literatura, etc.-. Bacon se servía de fotografías y publicaciones en revistas para realizar sus desnudos, tergiversando las formas y llevando hasta el límite las deformaciones corporales hasta que éstas expresaran con suficiente intensidad la verdadera faz que se oculta tras las apariencias superficiales.
Lucian Freud se aproxima a la obra gráfica mediante formas cercanas y personales, plasmando en las planchas vivencias propias y otros motivos cargados de significado, generando una gran instrospección. A diferencia de Bacon, necesitaba de un modelo en vivo para realizar su obra. Su producción, enteramente en blanco y negro, pretende deshacerse de todo adorno para mostrar crudamente la realidad.
Alimentación de primera necesidad.
Texto: Beatriz Igea Sanchez.
Fotos: Fundación Bancaja.
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