Cuando acudimos a un museo con el fin de observar una exposición de pintura figurativa, difícilmente pensaríamos que alguno de los cuadros expuestos podría hacernos ejercitar un sentido adicional al de la vista. Es nuestra imaginación la que se convierte en la única vía para aproximarnos a los olores, sonidos y demás sensaciones que ambientan las escenas que observamos.

No obstante, si vamos al Museo del Prado en Madrid durante estos días y hasta el próximo 3 de Julio, tendremos la oportunidad de descubrir un hecho fascinante; y es que el cuadro “El Olfato”, que forma parte de “Los cinco sentidos”, las alegorías pintadas entre 1617 y 1618 por Jan Brueghel “el viejo” y Peter Paul Rubens en los Países Bajos, además de mostrar su magnífica composición visual en la que impera una gran variedad de flores, plantas y animales exóticos, deja notar los olores de algunos de los objetos en el representados.

Tal circunstancia es posible gracias a la exposición “La esencia de un cuadro. Una exposición olfativa” la cual se encuentra en la sala 83 del edificio Villanueva del museo, y tiene como principales responsables de su creación a Alejandro Vergara, jefe del área de conservación de pintura flamenca del museo, y a Gregorio Solá, perfumista senior del grupo Puig, una compañía multinacional española que opera en el sector de la moda y de los perfumes.

En esta exposición se pueden percibir, gracias a unos dispositivos difusores instalados junto a la obra, 10 fragancias creadas por Solá a partir de una ardua investigación que comenzó por identificar las flores, plantas y animales representados en el cuadro; y después estudiando formulas antiguas en tratados del siglo XVIII con el fin de dar la sensación olfativa más fiel posible a la obra pictórica.

Sin duda, es una ocasión excepcional para apreciar en todo su esplendor esta obra maestra de la pintura flamenca recientemente restaurada por María Antonieta López Asiaín, y redescubrir la colección de arte flamenco del Museo del Prado.