Hasta 24 de febrero de 2019.
Tamara de Lempicka. Reina del Art Déco.
Imprescindible la visita a esta exposición donde la belleza de la obra de Lempicka se funde con la del espacio expositivo, el Palacio de Gaviria en Madrid.
Una de las artistas más representativas del Art Déco, movimiento artistico en el que conviven diversos estilos y tendencias artísticas de principios del siglo XX: constructivismo, cubismo y el futurismo, el arte egipcio que en esta época esta en maximo auge…
El Palacio del banquero Manuel Gaviria y Douza, Marqués de Gaviria, construido entre 1846 y 1847, realizado por el arquitecto Aníbal Álvarez Bouquel en un estilo renacentista italiano, aun conserva frescos originales de Joaquín Espalter y Rull, el patio, los salones principales y la escalera de entrada originales, aunque ha recibido sucesivas reformas de ampliación y cambios estructurales, mantiene aun su esencia lujosa palaciega de la época.
La exposición la ha llevado a cabo Arthemisia, empresa italiana que organiza, produce y realiza proyectos expositivos, la ha expuesto con gran éxito en Turin, París y Verona. En este caso se centra en la artista de origen polaco, Tamara de Lempicka, que cosechó un gran éxito sobretodo entre el periodo de las dos guerras gracias a su estilo glamuroso, elegante, moderno y sofisticado, mostrado en desnudos y retratos, un fiel reflejo del estilo de vida de la burguesía parisina de la época, que defendían el hedonismo, la libertad sexual donde convivían las relaciones extramatrimoniales, las orgías, la adicción a la cocaína y la bisexualidad( muy evidente en su obra).
Tamara se casó en dos ocasiones, la segunda tras divorciarse de su primer marido, el abogado polaco Tadeusz Łempicki, del que tomó su apellido artístico y lo transformó en LEMPICKA, en 1929 se desposó en segundas nupcias con el barón Raooul Kuffner de Diószegh, coleccionista de su pintura, con el que se mudaría a Estados Unidos donde irrumpiría en la clase alta con todo su grandioso universo cosechando un gran éxito artístico y social.
Lempicka visito España en 1932, influyendo en gran medida en su obra, lo que supone como una vuelta a Madrid de su obra, fiel reflejo de sus gustos artísticos influenciada por Ingres, Botticelli o el Manierismo, obras de las que ella misma diría: «Entre cientos de pinturas, reconocerías las mías». También definiría su estilo como «Mi objetivo era no copiar, crear un nuevo estilo… con colores luminosos y brillantes, recuperando a la elegancia a través de mis modelos».
Arte para Hambrientos.